
Con esta historia queda patente la necesidad de un botón ‘no me gusta’, pero mientras lo ponen o no en el Facebook, uno se pregunta: hasta dónde llegaremos? Decir que se quiere ser prostituta, y que 5 de tus amig@s lo vean bien, y hasta celebren, habla de la torcedura irremediable en que nos han metido estos tiempos modernos.
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